lunes, 29 de marzo de 2010

RENDIDA


A pesar de la distancia y de lo ofrecido,
aún cuando tu piel apenas me abriga del frío.
Y tus ojos solo se detienen en mí un momento,
caí en la dulce trampa que tu amor ha tendido.

Por eso ando conviviendo de mal modo con los celos,
que llenan mis horas de inquietudes y malos humores,
y a mi desdichado corazón de los más crueles dolores,
que provocan las benditas dudas sin respuestas.

Mi mente se entristece al suponerte enamorado,
de cuanta mujer hermosa se cruza por tu senda.
Y mis besos se empecinan en quitar el rastro,
que en tu boca dejaron esos labios extraños.

Sollozo despacito así nadie sabe que sufro por amarte,
y me inmovilizo en el tiempo si recuerdo tu fragancia,
mientras se tiñe de matices mi cara,
si alguien por un desliz deja escapar tu nombre.

No pretendía que pasará… ¡puedo jurarlo!
Sabía bien cuales eran las reglas de nuestro juego,
pero me derrumbé ante tus caricias rendida,
y como una niña me lamento entre las sombras.

lunes, 22 de marzo de 2010

AMOR

Al saborear el exquisito vino de tus besos,
embriagada de goce me concedo la libertad,
de recorrer sin recelos ni límites,
el continente agitado de tus formas.

Con tus dedos confundidos en mis cabellos,
y en tus ojos el dorado brillo del deseo,
inicias el camino en lo profundo de mi cuerpo,
despertando mis emociones y sentimientos.

Aferrada a ti lucho por hacerte parte mía,
mientras de mi boca se desbanda tu nombre,
transformado en tonada apasionada,
mientras me rindo maravillada ante tu osadía.

Danzamos en un infinito de sabanas,
nuestras fragancias se ensamblan,
al igual que nuestros cuerpos y almas,
cuando el amor se manifiesta único y aromado.


viernes, 19 de marzo de 2010

JUEGO DE AMOR


A las pautas de nuestro juego las fijan,
las promesas que nunca nos hicimos,
los fugitivos instantes robados a nuestro tiempo,
y esos besos otorgados hasta que los labios duelen.

Tu mirada que transita con finura por mi piel,
delineando sobre ella los matices del deseo.
Y mi pecho trémulo que abriga como un nido,
las palabras de amor que solo susurro al viento.

Mis manos como dos pájaros cautivados,
planeando sobre el continente enérgico de tu cuerpo.
Y al brotar la caricia que incendia mi boca,
me entrego libre ante la magia de tu pasión.

Nuestro juego es la suma de lo que nos damos,
y todo aquello que no podemos revelar.
Es un juego donde no hay dóciles ni heridos,
solo dos intrépidos que se atreven a la ternura sin dudar.