jueves, 17 de junio de 2010

ANHELO


Desee ser tu sombra perfumada de amor y primavera,
desnude mi cuerpo como una rosa apasionada sobre el tuyo,
vigilando que mis espinas no desgarraran tu alma,
en el instante en que mis manos te daban sus caricias.


Aquiete mis palabras encendidas, y me cubrí de desierto,
mientras bebía con premura del torrente de tus besos.
Fui tu voz amiga, nunca abandoné el lugar que me diste,
aún cuando extravíe el manso abrigo de tus ojos.


Guardé el secreto de mi amor bajo siete llaves.
No permití que la lluvia de mis ojos nublara tu cielo manso.
Ni rogué ser amada o la ofrenda de tus días,
en la soledad del corazón escondí mis emociones.


Hombre distante, en una tarde de lluvia suave,
dibuja para mi un recuerdo, y cobíjame en tu costado.
Que sea tu pulso la suave melodía que sosiegue,
las tempestades que golpean mi interior enamorado.

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