jueves, 12 de noviembre de 2009

CRIMEN DE AMOR


Aunque no lo aceptes el tren de nuestro de amor
esta llegando a su última y triste estación.
Ya no hilamos esos bonitos sueños que nos exaltaban,
y tu último pensamiento hace mucho no soy yo.

Nuestra cama, añejo castillo defensor de nuestros deseos,
se convirtió en el sepulcro frío donde reposan nuestros cuerpos,
que la rutina diaria al pintarnos en la cara esos gestos agrios,
condenó al exilio sin que pudiéramos evitarlo ni defendernos.

Por eso se hace necesario que alguno ejecute el primer paso,
y cause la herida que parece nos matará,
pero tal vez mañana consentirá que los recuerdos,
lastimen menos y quizás hasta nos permitan sonreír.

Hoy aunque no lo esperas hundiré en tu espíritu,
el puñal feroz de la ausencia y el adiós,
Estrujaré en mis manos mis caricias con saña,
hasta que sangren mis dedos junto a mi corazón.

Clausuraré mi boca para que no se dispersen mis besos,
¡justo ellos que nacieron para morir en tus labios!.
A mi cuerpo lo clavaré en la cruz del desafecto,
como amargo sacrificio sobre el altar de nuestras vidas.

Secaré el río de mi llanto y cerraré para ti el valle fértil,
de mi cuerpo que precisa de tu rocío para existir.
Y cuando tus ojos afligidos me miren sin entender,
vestiré mi mirada de tinieblas de agonía.

Y cuando te vayas quizá maldiciendo entre dientes,
el haberme querido tanto y que hoy te hiera tan profundo,
me derrumbaré de rodillas implorando clemencia al cielo,
por el brutal crimen cometido hacia nuestro amor.

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